Transcaribe S.A., y sus directivos, valoran y agradecen al talento humano que, por años y algunos por más de una década, vienen sirviendo a la empresa. Las condiciones cambiantes del entorno, la exigencia de los usuarios, la evolución tecnológica, los costos administrativos y operativos, y en general, los factores externos e internos que afectan a Transcaribe han obligado a la entidad a adaptarse, en el marco de un proceso de modernización institucional.
Por esto, se hizo necesario revisar si las estrategias, tácticas y procesos actuales son idóneos para alcanzar los objetivos propuestos en el corto y largo plazo. En la revisión de las labores que desempeñan los trabajadores de la entidad, se identificaron tareas que están en manos de contratistas, y que por su criticidad o misionalidad, deben recaer en el personal de planta.
De acuerdo a la normatividad existente (Decreto 1083 de 2015) y las disposiciones internas (resolución 0036 del 12 de abril de 2006), se inició una política de comunicación de no prórroga de los contratos de los trabajadores oficiales, sin que esto signifique, de antemano, que se dará la terminación de los mismos. Hasta que llegue la fecha, se puede optar por continuar con los contratos. Es claro entonces que la comunicación remitida a estos trabajadores en ningún momento es una carta de despido.
Estos contratos (algunos de hace diez o más años) se circunscriben a unos marcos funcionales que, en la operatividad actual de Transcaribe, pueden llegar a ser ineficaces y no idóneos, lo que generó que tareas que deben desarrollarse y atenderse, no estén consignadas en ningunos de los manuales o contratos de los trabajadores oficiales, debiendo ser atendidas por contratistas por prestación de servicios.
El proceso de mejora que exige la circunstancia actual de Transcaribe requiere de un equipo comprometido, con directrices y objetivos claros, por lo que los ajustes a los contratos, como instrumentos legales que rigen las tareas de los servidores, es parte fundamental en este camino hacia la modernización institucional.
Este esfuerzo por realizar los ajustes funcionales requeridos para tener una entidad fortalecida, capaz de sobreponerse a la crisis actual y a las necesidades de un sistema de transporte masivo, hará necesario -entre otras acciones- actualizar y/o suscribir contratos que se ajusten a la normatividad vigente, las exigencias y las nuevas tareas que demanda un sistema moderno y orientado a la calidad del servicio.